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«Reseña» de Roma soy yo, de Santiago Posteguillo
¿La «verdadera historia» de Julio César?
I
Desde hace ya un tiempo, la novela histórica se ha convertido, dentro de esa ecuación que combina la forma literaria con un fondo histórico, más en un receptáculo de lo segundo que en un expositor de lo primero: es decir, en muchos casos ya no es una muestra del talento y la capacidad de un novelista para recrear una (h)istoria en la que el contexto histórico es lo más verosímil posible y forma parte relevante de la trama que se desarrolla. Un contexto, un ámbito, una época, que nos trasladen al pasado, muy a menudo el de la antigüedad grecorromana, y que nos hagan «sentir» durante el tiempo que leemos la novela que «estamos» allí, que «reconocemos» o nos dejamos «llevar» por lo que asumimos que «es» ese momento histórico en el que transcurre la trama.