Crítica publicada previamente en el portal Fantasymundo.
En 2003, y como ya suele ser habitual, Pixar conquistó a niños y adultos con la historia de un pez payaso padre, Marlin, que buscaba a su hijo Nemo,
capturado por un submarinista y que, al otro lado del océano, en
Australia, quedaba “retenido” en la pecera de un dentista. Marlin movió
viento y marea (y nunca mejor dicho) para cruzar el océano y encontrar
al pequeño Nemo (que, por su parte, trataba de escapar de la pecera con
la ayuda de una peculiar banda de peces y estrella de mar, también
“habitantes” de aquella pecera). Buscando a Nemo, que ya sabe el
lector que es la película de la que estamos hablando (quizá demasiado),
nos hablaba de un padre dispuesto a lo que fuere para encontrar a su
hijo, al mismo tiempo que ambos se encontraban a sí mismos en
situaciones de peligro; el hiperprotector Marlin aprendió a confiar en
Nemo y a darle rienda suelta para que aprendiera por su cuenta acerca de
las cotidianidades de la vida. Pero nos olvidamos de alguien fundamental en esa historia: Dory,
el pez cirujano azul con un problema de pérdida de memoria a corto
plazo (vamos, lo que se dice “tener memoria de pez”). Sin Dory, su
espontaneidad, sus locuras y su voluntad de “seguir nadando”, Marlin
quizá no habría encontrado a Nemo, o quizá le habría costado mucho más.
Dory se erigía en un personaje secundario con un enorme carisma y que
caló enseguida entre los espectadores. Pues he aquí que, trece años
después, Pixar, que hasta ahora no se había prodigado por las secuelas y
franquicias (y Cars 2 es una buena muestra de los riesgos de hacerlo)1,
presenta Buscando a Dory, cinta que convierte a Dory en protagonista
absoluta y a Marlin y Nemo en lo que podrían ser unos particulares
”mejores actores (peces) de reparto”. A Dory y su pérdida de memoria a
corto plazo.
Andrew Stanton vuelve a ser el alma de este proyecto y con él parte del equipo de la anterior película: Jeremy Lasky en la fotografía y Thomas Newman a cargo de la banda sonora (un Newman muy reconocible para los que apreciamos su música). En vez de Lee Unkrich, que ya vuela solo (Toy Story 3, la próxima Coco en 2017), Stanton cuenta ahora con Angus MacLane en la codirección y se hace cargo del guion en colaboración con Victoria Strouse. Un guion que, decíamos, se focaliza en Dory: un año después de las
andanzas que vivieron estos peculiares peces, Dory, la olvidadiza,
amnésica y adorable Dory, oye algo que le produce un recuerdo vívido:
sus padres. ¿Qué fue de ellos? ¿Dónde están? ¿Cómo los perdió? Se inicia
una búsqueda por su parte y a su manera: imprevisible, a salto de mata,
auténticamente loca. Y tocará volver a cruzar el océano, acompañada de
Marlin y Nemo, esta vez en dirección a California. Pero, claro, las
cosas no serán sencillas y nuestros pececillos se verán separados por
diversas aventuras, multiplicándose la búsqueda a varios niveles: Dory
busca a sus padres, Marlin y Nemo a Dory, Dory a sí misma, unos padres a
su hija… y nosotros con todos ellos, cómodamente sentados en la butaca
de una sala de cine.
Buscando a Dory es una dignísima segunda parte de una película que
funcionó muy bien… y que consigue ser mejor aún. Sigue la pauta de la
odisea y la aventura constantes, el viaje de aprendizaje y conocimiento
personal, la historia de superación (Dory respecto a su amnesia
temporal), la amistad y la familia como ejes para lograr sobrevivir ante
las adversidades, la colaboración entre extraños para lograr un bien
común. Y, especialmente, la búsqueda, no sólo de unos seres queridos,
sino también de unos orígenes, unas raíces, un hogar. Dory hará de Dory
para alcanzar su objetivo, “seguirá nadando”, recordará y actuará, nos
emocionará siendo quien es, lo que es, como es. Y todo ello con un ritmo
trepidante, colaboradores inesperados –como el pulpo Hank (que también tiene su objetivo), la ballena beluga Bailey (con un peculiar radar) y la la miope tiburón ballena Destiny,
antigua amiga de Dory, y que también disputan a Marlin y Nemo el premio
a “mejores actores de reparto”–, mucho humor y un pulso narrativo firme
y bien trabado. Todo funciona como un reloj y, otra vez, Pixar vuelve a
maravillarnos con su capacidad para (re)crear un mundo acuático en
diversos escenarios.
Estamos, pues, ante una deliciosa película, llena de alegría, vitalidad y emoción; una cinta que nos recuerda en casi cada plano por qué Pixar son los amos de la animación a nivel mundial. Una película para todos los públicos y que, como también suele ser habitual en este estudio, encandilará a los mayores con un guion muy bien escrito (aunque sorprenderá menos que Del revés, su película precedente). Y con Dory, la adorable Dory, que en la versión original tiene la voz de Ellen DeGeneres, mientras que en castellano Anabel Alonso vuelve a ponerle voz (y con ella José Luis Gil en el papel de Marlin; Albert Brooks en inglés).
Estamos, pues, ante una deliciosa película, llena de alegría, vitalidad y emoción; una cinta que nos recuerda en casi cada plano por qué Pixar son los amos de la animación a nivel mundial. Una película para todos los públicos y que, como también suele ser habitual en este estudio, encandilará a los mayores con un guion muy bien escrito (aunque sorprenderá menos que Del revés, su película precedente). Y con Dory, la adorable Dory, que en la versión original tiene la voz de Ellen DeGeneres, mientras que en castellano Anabel Alonso vuelve a ponerle voz (y con ella José Luis Gil en el papel de Marlin; Albert Brooks en inglés).
Dos apuntes para concluir. Por un lado, procurad llegar a tiempo al inicio de la sesión, así no os perderéis el tradicional corto de Pixar antes de su película: en este caso, Piper,
una preciosa y divertida historia de un pajarito de mar que, tratando
de superar su miedo al agua, encontrará valor y un nuevo “mundo”. Y, por
el otro, no tengáis demasiada prisa en levantaros de la butaca al
terminar la película: disfrutad de los títulos de crédito (del fondo del
mar a la superficie), la interpretación de “Unforgettable” a cargo de Sia…
y una secuencia postcréditos con algunos “viejos” amigos de Buscando a
Nemo. Las guindas de una estupenda sesión de animación.
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1A pesar de que precisamente lo que van a llegar en los próximos años son eso, secuelas y franquicias: Cars 3 en 2017, Toy Story 4 en 2018, Los Increíbles 2 en 2019…
1A pesar de que precisamente lo que van a llegar en los próximos años son eso, secuelas y franquicias: Cars 3 en 2017, Toy Story 4 en 2018, Los Increíbles 2 en 2019…
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