No deja de ser curiosa que esta película haya sido nominada y premiada en los recientes Globos de Oro en la categoría de mejor película de habla no inglesa cuando, por un lado, no está enteramente hablada en coreano; y, por otro, porque es una película completamente estadounidense en su producción. De hecho, podría perfectamente haber competido en el premio grande, como podría hacerlo en los próximos premios Oscar, cuyas nominaciones aún no se han anunciado (deberemos esperar al lunes 15 de marzo; se entregarán el 26 de abril). Es un filme escrito y dirigido por un cineasta estadounidense hijo de inmigrantes coreanos, producido por, entre otros, Brad Pitt, y con actores estadounidenses y coreanos por igual. Minari, pues, en este mundo globalizado y en el que la inmigración es algo ya cotidiano, podría ser considerada una película tan estadounidense como Nomadland, la otra gran favorita en la carrera de los premios. Pero, ya se sabe, los árboles no dejan de ver el bosque (y más en un país que se forjó en la inmigración).