Marco Sidonio Falco es un personaje de ficción
muy peculiar… y casi real. En esta creación suya, Jerry Toner reúne
diversos modelos de propietarios de esclavos y al mismo tiempo huye de
una imagen sesgada sobre el significado de la esclavitud, una
institución social y económica inherente al mundo antiguo (y de la que,
lamentablemente, sobreviven algunos vestigios en este «moderno» mundo
nuestro). La esclavitud no fue privativa de griegos y romanos, como
sabemos bien, y perduró cuando ambas civilizaciones decayeron y dieron
paso a otras en las que quizá ya no fue económicamente tan viable (el
paso de la esclavitud al colonato como fuerza de trabajo en el campo en
la Antigüedad Tardía); pero tenemos una imagen de la esclavitud, en
ocasiones tendenciosa, que deriva de la época romana. Quizá porque el
ámbito romano trató la esclavitud con una cierta perspectiva, porque la
integró en la estructura social (el caso más evidente es la figura del
esclavo manumitido, el liberto, que tuvo una presencia pública que fue
mucho menos habitual en el mundo griego) y quizá también porque supo, de
primera mano, acerca de los peligros que podía suponer una revuelta de
esclavos. Revueltas como la de Espartaco (73-71 a.C.), que, no obstante
el eco en el mundo antiguo, también han sido exageradas en cuanto a su
alcance. Sea como fuere, sabemos mucho de los esclavos en Roma a través
de diversas menciones en la literatura y de la epigrafía. Y gracias a
esos datos cuesta poco imaginarse a un personaje tan «real» como Falco
(y que me venga siempre a la cabeza «otro» Falco…).