Vista la primera entrega en su momento, y que me
dejó más bien indiferente, no iba yo convencido a esta segunda parte;
pero como a veces te recuerdan que vives en sociedad, pues te dejas
llevar. Y la verdad es que si sólo fuera por la primera hora de la
película, aún me estarían oyendo remugar por lo bajini: "ten amigos para
esto", "por todos los dioses, ¿dónde me he metido?", "grrrrr, ñgggggg
(apretando las mandíbulas), grrrrrr"... Y es que a los diez minutos
servidor ya estaba más que aburrido. La cosa va de que, tras el primer
Thor y Los Vengadores, ahora la trama sigue al héroe nórdico, con Odín
dando órdenes, el tipo del martillo poniendo orden en los Nueve Reinos,
Loki encarcelado; por estos lares más cercanos, Jane Foster echando de
menos al cachas, el doctor Erik Selvig volviéndose loco y la Tierra,
tras la aventura vengadora en Nueva York, permaneciendo inconsciente a
lo que se cuece con un tipo llamado Malekith (tiene nombre de programa
informático), una sustancia poderosísima que es el Éter y un
alineamiento de planetas y mundos (la Convergencia) que promete ser la
rehostia (con perdón) para los Elfos Negros, uséase, la tribu de donde
ha salido el tipo ese catódico. A los veinte minutos, con un guión
desbocado y estando ya abiertamente aburrido, me estaba preguntando si
eso de vivir en sociedad es necesariamente bueno...