20 de julio de 2025

Reseña de Una guía de la Antigüedad para la vida moderna, de Natalie Haynes

Hay muchas maneras de aproximarse a la Antigüedad clásica. El cine ha acercado, ya fuera en Cinemascope, en la pantalla de nuestro televisor o, más comúnmente ahora, de nuestro ordenador, un mundo exótico al mismo tiempo que seductor a nuestro imaginario colectivo. Desde luego, quién no recuerda el atildado discurso de Marco Antonio encarnado por Marlon Brando en Julio César (Joseph L. Mankiewicz, 1953) la carrera de cuadrigas de Ben-Hur (William Wyler, 1959), el todos a una como en Fuenteovejuna («¡yo soy Espartaco!») del Espartaco de Stanley Kubrick (1960), la entrada de Cleopatra en Roma en la película homónima de Mankiewicz (1963) o el particular viaje por los bajos fondos romanos de Federico Fellini en su Satiyricon (1969); y eso en época clásica, pues el peplum sigue muy vivo hoy en día, si bien falto de espíritu y convertido en una sucesión de películas que tratan de ofrecer más testosterona que de evocar con verosimilitud una época muy antigua. La literatura histórica, concretamente la novela, también es un género enormemente popular en los últimos lustros, que presenta títulos nuevos prácticamente cada mes y que pretende acercar a lectores de todo pelaje y especia a través de la recreación de un mundo que, a pesar de los siglos transcurridos, nos sigue atrayendo, impactando y emocionando a partes iguales.