Ya son muchos los libros que sobre Troya puede
encontrar el lector interesado en las librerías (si no los han
descatalogado). Hace un año comentábamos acá el libro de Michael Wood,
En busca de la guerra de Troya (Crítica), una puesta al día sobre la
cuestión troyana para un público general. Y ayer, paseando por Barcelona
en un agradable día primaveral y con final en la librería La Central de
la mallorquina calle barcelonesa, encontré este libro entre las
novedades. Un libro breve, al estilo de las “short histories” o las “a
very short introduction” que suelen abundar en el mercado anglosajón y
que por aquí son más bien escasas o apuntaladas bajo el epígrafe “breve
historia de”, en el que encuentras de todo un poco pero con desigual
calidad. Con La Guerra de Troya (Alianza Editorial), Eric H. Cline,
profesor en la George Washington University en la capital estadounidense y colaborador en numerosos
documentales, consigue sintetizar la cuestión troyana para el lector
profano pero interesado, a la par que actualizar datos (la edición
original es de 2013) y plantear algunas preguntas, muestra de que el
tema troyano sigue de candente actualidad.
El librito (apenas ciento cincuenta páginas de texto que se leen en
un par de horas) se estructura en tres partes: el relato de la guerra de
Troya en el imaginario griego y algunas pinceladas en torno a la
recepción en los ámbitos vecinos (hititas y pueblos de la Anatolia
antigua); las fuentes literarias, tanto griegas como hititas; y los
resultados de las excavaciones en el yacimiento de Hisarlik, de Heinrich
Schliemann y Wilhelm Dörpfeld en el último tercio del siglo XIX a Carl
Blegen en los años treinta del siglo XX y los trabajos del equipo
Tubingen-Cincinatti dirigido por Manfred Korfmann entre 1988 y 2005,
grosso modo. El resultado es un amenísimo volumen, de placentera lectura
y que quizá no aporte demasiado al lector avezado en la materia, pero
que se erige en libro muy recomendado para interesados y lectores
dispuestos a bucear en la cuestión troyana pero que quieren caminar
sobre arenas que no sean movedizas. Y eso que, decía, hay mucho libro
sobre el tema. Ya en obras generales, y también de formato reducido, el
lector puede optar por La guerra de Troya de Michael Siebler (Booket) o
Troya de Dieter Hartel (Acento Editorial), con el ligero inconveniente
de que ya ha pasado más de una década desde su publicación. Ligero
inconveniente, pues para un aficionado ajeno a los debates
historiográficos y a la discusión sobre materiales arqueológicos, le
puede resultar prescindible un ensayo sobre estratos, cerámica o puntas
de flecha. Al libro de Wood que mencionaba al principio hay que añadir
obras como Troya y Homero: hacia la resolución
de un enigma de Joachim Latacz (Destino), La guerra de Troya: más allá de la leyenda de
Carlos Moreu (Oberón) o La guerra de Troya de Barry Strauss (Edhasa),
enfocadas también hacia un lector no especializado; este último tiene
las numerosas publicaciones en inglés o alemán, muchas de ellas
vinculadas al Project Troia que dirigiera Korfmann o a los resultados
anuales publicados en la publicación periódica Studia Troica. Quizá la sensación que
le quede a un lector como servidor es que la práctica totalidad de las
obras publicadas en castellano dan vueltas sobre lo mismo, aportan
algunos matices en función de las excavaciones de Korfmann, y cuestiones
más específicas sobre alguna evidencia arqueológica determinada.
Cline no va a despejar más dudas generales, si acaso a
plantear cuestiones concretas. Superando ya el estadio de la discusión
sobre la existencia o no de la guerra de Troya y de la fiabilidad de
Homero al respecto (sí, pero con matices), quizá el futuro de la
cuestión troyana no sea buscar respuestas contundentes y definitivas,
sino trazar un mapa lo más amplio posible de un período, el final de la
Edad del Bronce en el Mediterráneo oriental, con Troya no como epicentro
sino como un espacio más en un mundo que ya desde mediados del siglo
XIII a.C. daba signos de agotamiento. La puntilla serían las invasiones
de los llamados «Pueblos del Mar», el desplome de sociedades del Bronce
en el egeo y el Levante asiático, el colapso de estados como el hitita
en Anatolia y el final del Reino Nuevo egipcio. ¿En qué lugar queda
Troya/Wilusa en ese panorama? ¿Hubo una invasión de aqueos o de
Ahhiyawa, dirigidos por un Agamenón? De hecho, ¿hubo una sola guerra de
Troya? A tenor de las referencias en el Ciclo Troyano literario, en
documentos hititas y luvitas y en las evidencias arqueológicas, Cline
considera más plausible (aunque con los preceptivos interrogantes) la
idea de una serie de «guerras de Troya», varios episodios durante
algunos decenios. Troya VIi, excavada por Blegen y reevaluada
posteriormente, y Troya VIIa, con los trabajos de Korfmann,
pertenecerían a episodios diferentes: una ciudad destruida por un
terremoto y la otra por una destrucción humana/incendio provocado por
una guerra. El Ciclo Troyano plantearía, más allá de la Ilíada, al menos
tres invasiones aqueas: la de Heracles contra Laomedonte, la de un
grupo de aqueos en el territorio circundante (y que el poema homérica
desarrolla en algunos de sus cantos), quizá nueve años antes del ataque
final, y los episodios de la Ilíada y sus continuaciones (perdidas, apenas recuperadas en fragmentos), que apenas
supondrían unos meses, no los diez años de la tradición. Conjugar los
diversos elementos no es la tarea de Cline, que los expone, pero plantea
la duda razonable de una sucesión de conflictos previos a la
destrucción final. De cualquier manera, Latacz ya planteó la posibilidad
de mirar la cuestión troyana no desde la óptica griega, sino desde la
del interior hitita, algo que también desarrolla Wood en su
reciente/reeelaborado libro.
Sea como fuere, la cuestión troyana sigue viva y el lector encontrará en el pequeño pero jugoso volumen de Cline pistas e interpretaciones en función de las diversas aristas del poliedro que llamamos Troya. No tenemos por qué llegar a conclusiones (probablemente nunca las alcancemos), pero lo que nos depara su breve ensayo es una interesante mirada de conjunto y una serie de hilos de Ariadna de los que tirar. O simplemente dos deliciosas horas de lectura en una tarde primaveral…
Sea como fuere, la cuestión troyana sigue viva y el lector encontrará en el pequeño pero jugoso volumen de Cline pistas e interpretaciones en función de las diversas aristas del poliedro que llamamos Troya. No tenemos por qué llegar a conclusiones (probablemente nunca las alcancemos), pero lo que nos depara su breve ensayo es una interesante mirada de conjunto y una serie de hilos de Ariadna de los que tirar. O simplemente dos deliciosas horas de lectura en una tarde primaveral…
Atractivo libro. Me atrae eso que comentas de la óptica hitita.
ResponderEliminarUn saludo.
Un "librito" que vale la pena...
ResponderEliminarSupongo que a quienes hemos seguido la polémica en inglés de la web de Project Troia no nos añadirá nada en concreto... y con ello me refiero al curso de los hallazgos en 2005/13. Si lo veo por ahí le echaré una ojeada.
ResponderEliminarSupones bien. De todos modos, siendo una "a very short introduction" el público objetivo es otro...
ResponderEliminarPara cuando leas (y comentes) el libro de Cline de 1177 te recomiendo repasar las críticas y debate sobre el mismo en Amazon (http://www.amazon.com/1177-B-C-Civilization-Collapsed-Turning-ebook/dp/B00GU1JHIY/ref=cm_cr_pr_product_top/176-7201287-0901703), a mi entender muy reveladores. No es que suela guiarme por ellas (como dices, hay que leer el libro y después opinar), pero resultan significativas.
ResponderEliminarA ver qué opinas del libro, porque es un tema muy interesante con abundancia de datos pero que, no sé porqué (aparte de la dificultad propia de hacerlo en Hª Antigua) nunca se articulan unas hipótesis coherentes (Sobre todo con los "Pueblos del Mar" de marras). Vamos, en mi opinión.
Saludetes
Si de algo no suelo hacer caso es de reseñas anónimas en Amazon... Vamos, hasta que no lea el libro ni pierdo el tiempo en leerlas.
ResponderEliminarYo tampoco, pero alguna (sobre todo la del tipo con web) me ha parecido aleccionadora, y con cierto sentido común respecto a un tema en que siempre se gira en torno a topicazos incomprobados (como eso de la "economía redistributiva" o el "comercio de regalos"). Veremos, porque el libro es carete para comprarlo sin más y a ciegas.
ResponderEliminarOtro salute.