En este año de conmemoración del centenario del
estallido de la Primera Guerra Mundial, los libros se multiplican. Qué
os voy a contar a los que sois aficionados a la Historia y leéis sobre
el tema. No sólo la masa bibliográfica de obras generales y de episodios
determinados se amplía a cada mes que pasa (¿habrá más hasta llegar a
fin de año?), sino que incluso sobre España y la Gran Guerra se publican
diversos libros (muy interesantes); por ahora he contado cuatro
(Alianza Editorial, Galaxia Gutenberg, Cátedra y Akal). Cuando pienso en
la práctica imposibilidad de leer todo lo que se publica sobre este
tema me viene a la cabeza la programación especial que la BBC dedica a
recordar el centenario desde este 2014 (ya han empezad con un par de
series y documentales) y que llegará ¡a 2018!, con un interludio en 2016
para recordar el cuarto centenario de la muerte de William Shakespeare
(otra fecha a recordar). Y pienso también que en 2017 será el centenario
de la Revolución de Octubre en Rusia… Y en este 2014, que en tierras
catalanas conmemoramos otro centenario (y ya sabéis cuál), dejamos de
lado el bimilenario de Augusto, los doscientos años del Congreso de
Viena, sin olvidarnos del 75º aniversario del final de la Guerra Civil,
el centenario de la Mancomunidad de Cataluña… Saturación es la palabra
que siento cuando observo esa masa bibliográfica sobre la Gran Guerra; y
eso que apenas he leído el libro de Margaret Macmillan, el de Eduardo
González Calleja y Paul Aubert sobre España y el conflicto… y ahora el
libro de Álvaro Lozano, La Gran Guerra (1914-1918) (Marcial Pons, 2014), otra obra general…
que sin embargo considero muy recomendable.
Álvaro Lozano (n. 1967). |
Obra completa, pues Lozano escudriña las diversas ofensivas, desde el fracaso del Plan Schlieffen en septiembre de 1914 a la ofensiva aliada del verano de 1918, que dejaría a un alto mando alemán postrado y obligado a solicitar un armisticio; y lo hace narrando con detalle esas ofensivas –el primer mes, el Marne, Tannenberg y derivaciones, el frente serbio, el establecimiento del frente a lo largo de 1915, el desastroso frente italiano, Verdún y el Somme en 1916, la ofensiva Brusilov ese mismo año, los fracasados planes de Nivelle y la ofensiva británica en Passchendaele en 1917, la guerra naval y submarina, la entrada de Estados Unidos en el conflicto, la última tanda de operaciones alemanes de ataque en el primer semestre de 1918, el camino final hacia la paz–, al mismo tiempo que analizando las causas de su fracaso, el comportamiento del alto mando francés, británico, alemán y ruso, y sin dejar de lado “frentes lejanos” como el otomano (Gallípoli), en el Próximo Oriente (Mesopotamia y Arabia), África o el océano Pacífico. Y además contextualizando el nuevo concepto de «guerra total», las innovaciones (y desastres) militares, las transformaciones sociales a remolque del esfuerzo bélico o la cultura de guerra surgida del trauma por un conflicto que había de acabar con las guerras y significó que el mundo ya no volvería a ser igual. Añade Lozano un capítulo sobre España en la Gran Guerra, sobre su cacareada neutralidad y, algo que me ha llamado la atención por desconocerlo, la labor humanitaria a cargo de Alfonso XIII y la corona en favor de heridos y prisioneros de guerra.
Gassed, de John Singer Sargent (1919). |
Hay análisis además de narración, y para Lozano la causa del fracaso
de las Potencias Centrales –sobre todo de Alemania– va más allá de la
evolución de las operaciones militares. Alemania pudo acabar la guerra
sin ser invadida y pensando que recibió una «puñalada por la espalda» en
los últimos meses –como Ludendorff, Hindenburg, los militares y los
grupos de la derecha alemana reiterarían en los años de posguerra–, pero
lo cierto es que el imperio de los Hohenzollern fracasó en llevar al
límite, como Francia o Gran Bretaña, el concepto de «guerra total»: un
esfuerzo industrial que ponía toda la carne en el asador en la
producción para el esfuerzo de guerra. Con un bloque naval que le
impedía recibir materias primas allende el Atlántico, estirando al
máximo sus líneas de avituallamiento y poniendo en jaque el aparato
logístico, Alemania no pudo competir con las potencias aliadas en la
producción de armas, aviones, barcos o alimentos; 13,5 millones de
soldados movilizó Alemania durante la guerra, más que ninguna otra
potencia, pero no pudo alcanzar el nivel de producción industrial que
sus rivales. Al final la guerra en dos frentes fue un lastre para
Alemania, atada a un moribundo (el Imperio austro-húngaro), sin poder
derrotar a los británicos en el mar y estancado en el frente occidental
en los campos de Francia y Flandes. Frente a Alemania, Francia y Gran
Bretaña movilizaron mejor sus recursos, con apoyo de Estados Unidos
desde 1917, yaunque hubo operaciones militares desastrosas (la ofensiva
del Somme, los planes de Nivelle en Arras y el Chemin des Dames, o
Passchendaele), con una inmensa sangría humana y motines en el ejército
francés. En frente italiano en el valle de Isonzo y Caporetto fue un
desastre, así como el desembarco en Gallípoli, pero los aliados pudieron
hacer frente a la Triple Alianza en diversos escenarios, borrando a los
alemanes de África, por ejemplo, o hiriendo de muerte a un imperio ya
moribundo como el otomano en su patio trasero.
El resultado es un excelente libro, completo y actualizado, con una mirada y análisis poliédricos y las pinceladas historiográficas a las que ya nos tiene acostumbrados Lozano. Un libro que supera el estadio de «obra general», en mi opinión, y se erige en particular obra de referencia. Habrá muchos libros de este tipo, distintos y con planteamientos y objetivos amplios diversos, pero el de Álvaro Lozano es una magnífica apuesta para un lector que conoce el tema y que, a pesar de haber leído mucho sobre el tema, encontrará alicientes para aprovechar la lectura de este libro.
El resultado es un excelente libro, completo y actualizado, con una mirada y análisis poliédricos y las pinceladas historiográficas a las que ya nos tiene acostumbrados Lozano. Un libro que supera el estadio de «obra general», en mi opinión, y se erige en particular obra de referencia. Habrá muchos libros de este tipo, distintos y con planteamientos y objetivos amplios diversos, pero el de Álvaro Lozano es una magnífica apuesta para un lector que conoce el tema y que, a pesar de haber leído mucho sobre el tema, encontrará alicientes para aprovechar la lectura de este libro.
Este me lo apunto con el de la Mac Millan, que tiene una pinta excelente. Y después el de "Sonámbulos" también parece bueno (esperaré a ver si lo lees y qué cuentas); y de obras generales VALE. Con el de Ferro y el de Neiberg que leí hace años creo que voy bien servido. Si acaso añadir una historia militar (Quero Rodiles, puede). Uf, qué mogollón...
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