Termina un año que ha sido fecundo en series, aunque uno siempre tiene la sensación de que no puede ver todo lo que quisiera. Y aún así han sido casi ochenta series, ya en temporada larga o en formato de temporada corta o miniserie, la que he podido ver y seguir y a lo largo del año. Un 2015 de despedidas, alguna de ellas ya anunciadas (Mad Men, Glee), otras que nos golpearon cuando menos lo esperábamos (Hannibal), aunque éramos conscientes de que tarde o temprano sucedería. Ha sido un año de sorpresas y fenómenos. Sorpresas, y muy agradables, como El Ministerio del Tiempo, 1992, Better Call Saul o la quinta temporada de Homeland; y fenómenos como el propio Ministerio, Fargo (que confirmó y superó el buen hacer de la primera temporada) o Empire, quizá la serie que más impactó entre un amplio público, con personajes tan desinhibidos como Cookie Lyon y la mezcla de culebrón, musical y esencia shakesperiana (sí, todo en uno ¡y funciona!). Ha habido terror: muy bien la segunda temporada de Penny Dreadful, que mejoraba la primera (que ya era buena) y una quinta temporada de American Horror Story de la que apenas he visto un par de episodios (ya la terminaré). Y la confirmación de que tanto Ray Donovan como Masters of Sex están en un óptimo estado de forma en sus respectivas terceras temporadas.
Ha sido un buen año para la ficción histórica, muy diversa y muy internacional: éxitos como Wolf Hall (sobre todo), 1864, Versailles (con sus muchos matices y elementos a criticar), Sons of Liberty (una muy digna apuesta del History Channel), Deutschland 83, The Saboteurs, The Last Kingdom... pero también desastres como Carlos Rey Emperador o naufragios titánicos como Alatriste; e híbridos como Ripper Street o Jonathan Strange and Mr. Norrell y homenajes recién llegados a lo más clásico de la literatura británica como la muy reciente Dickensian (por no olvidar la serie de telemovies de época que la BBC ha presentado: The Scandalous Lady W, Lady Chatterley's Lover, The Go-Between, Cider With Rosie...). Un año en el que las series de espías también se han expandido: en la senda de The Americans, la canadiense The Romeo Section, la británica London Spy (actualizada pero en la senda trazada por The Game) o la también inglesa Partners in Crime. La ficción política también ha brillado: la tercera temporada de House of Cards, la 4ª de Veep (y eso que esta serie suele dejarme con sensaciones encontradas), el estreno de Borgen en España, Show Me a Hero y la política local,...
Mad Men se fue a lo grande, con un perfecto final, comno Hannibal (con una primera parte de su tercera temporada que simplemente es fascinante), mientras que Game of Thrones cerró una quinta temporada discreta. Hubo mucho odio en las redes sociales a la segunda temporada de True Detective, que personalmente valoro positivamente. Transparent moduló un poco su esencia en su segunda temporada, menos centrada en Maura y más en sus problemáticos hijos, pero mantuvo muy bien el tipo; también estuvo en buena línea la tercera temporada de Orange is the new black. Hubo comedias desatadas como Unbreakable Kimmy Schmidt, muy en la línea de Tina Fey, deliciosas como Mozart in the jungle o musicales como Galavant; series de comedia como Grace and Frankie que se quedaron en intento y curiosidades como Blunt Talk, Sex & Drugs & Rock & Roll y Benders. Hubo otro fenómeno: las series de superhéroes. Siguen sin interesarme Arrow, Agents of S.H.I.E.L.D, The Flash y Gotham, de las que me he ido desmarcando, pero Netflix me ganó con dos (súper)apuestas: Daredevil y Jessica Jones, fascinantes, adultas y muy sólidas; y muy noir también. Incluso una serie como Agent Carter me interesó cuando a priori no lo parecía. Hubo los consabidos placeres culpables como Nashville, A.D. The Bible Continues y Quantico, las buenas series de relax como Elementary o los rellenos como The Big Bang Theory, The Grinder o Ballers. E incluso me puse al día con series de 2014 como Manhattan y Halt and Catch Fire sus respectivas primeras temporadas, o miniseries como Olive Kitteridge. Y lo que me dejo en el tintero...
Series que aún no he podido ver y que quedan como tareas pendientes: la tercera temporada de Rectify, Mr. Robot, la mayor parte de la segunda de The Affair, las segundas de Manhattan y Halt and Cath Fire, la tercera de The Americans, casi toda la segunda de The Leftovers (apenas vi el primer episodio), la primera de American Crime, UnReal, etc.
¿Cómo resumiría 2015 en cuanto a series? Pues con 15 títulos:
1864 (miniserie)
1992 (1ª temporada)
Better Call Saul (1ª temporada)
El Ministerio del Tiempo (1ª temporada)
Empire (1ª y 2ª temporadas)
Fargo (2ª temporada)
Hannibal (3ª temporada)
Homeland (5ª temporada)
House of Cards (3ª temporada)
Mad Men (7ª temporada, parte 2)
Marvel’s Daredevil (1ª temporada)
Marvel’s Jessica Jones (única temporada)
Penny Dreadful (2ª temporada)
Show Me a Hero (miniserie)
Wolf Hall (miniserie)
La ficción histórica (incluso
"contemporánea") predomina... políticos, superhéroes complejos,
asesinos y personajes de terror, espías en barbecho, caraduras... y Cookie,
Lucious, Jamal, Hakeem y André, o esa versión tan vitriólica de El León en
invierno en clave hiphopera y culebronesca.
¿Y si me viera impelido a elegir una serie? Pues para mí 2015 ha sido el año de Fargo (otra vez), Wolf Hall y El Ministerio del Tiempo. No puedo quedarme con una sola...
Muy buen resumen. ¿Has visto Man in the High Castle?
ResponderEliminarPues yo sí que elijo una: el Ministerio del tiempo. Y eso que ojo, la veremos dentro de unos años y nos parecerá una ñoñería. A ver cuando empieza la segunda temporada. :-)
ResponderEliminarPor ahora sólo he visto el piloto, David; como diría Salvador Martí en el Ministerio, "el tiempo es el que es...".
ResponderEliminarLa nueva temporada ministérica llega en febrero.
Ponte ya con la 2º de The Leftlovers: oscura, mística e inquietante.
ResponderEliminarNo he comentado nunca pero te tengo como blog de referencia en cuanto a lecturas (sobre todo, ensayo histórico). Enhorabuena por el trabajo que haces.
Un saludo
Vi el primer episodio de la 2ª temporada cuando se estrenó, pero no he podido seguirla, habiendo otras tantas series. Todo llegará, me han llegado comentarios de que la segunda temporada es mejor que la primera, mejor perfilada; el primer episodio ya lo planteaba. Veremos qué tal... Gracias por pasarte por aquí. ¡Saludos!
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