Esta es probablemente la única vez que me lamente
de no haber visto una película en 3D. Y probablemente esta sea la
película para la que el 3D fue concebido. En realidad, viéndola en
"analógico", te haces una idea de por dónde van los tiros en el formato
tridimensional, y también probablemente la cosa sea espectacular pero en
cierto modo accesorio (¿me contradigo?), pues intuyes que una tuerca,
unas lágrimas, una nave dando vueltas y desintegrándose te rodean y te
hacen vibrar. Y, en el fondo, no me han hecho falta los efectos del 3D
para sentir esa sensación, para emocionarme aferrado a la butaca de la
sala de cine, para agarrarme a los brazos de esa misma butaca, hecho un
manojo de nervios por la tensión que estabas contemplando. Sí, me
lamento por no haberme esperado tres cuartos de hora para la sesión en
3D... pero habría estado igual de maravillado ante una película que es
redonda, de principio a fin. Perfecta. Hace tiempo que no tenía la
sensación de que estaba ante un producto cinematográfico al que no le
sobra ni le falta nada. Es simplemente perfecto. Y se llama Gravity.
Alfonso Cuarón ha realizado una película que parte de una historia
mínima, sólo dos actores, unas cuantas voces más, una nave y la
inmensidad del espacio. La doctora Ryan Stone (Sandra Bullock) participa
en una misión en un transbordador especial. Es el último vuelo del
veterano astronauta Matt Kowalsky (George Clooney), y lo que
aparentemente va a ser un paseo espacial rutinario, el arreglo de un
panel, se convierte en un desastre cuando les alcanza una estela de
basura espacial: restos de satélites, trozos de naves que se han
convertido en escombros, tuercas y tornillos que navegan en órbita
alrededor del planeta. Si habéis visto el tráiler
de la película, el punto de partida es ese: cómo la basura desencadena
la catástrofe. Y como dos personas quedan abandonadas en medio de la
inmensidad del espacio, con la Tierra tan cerca y al mismo tiempo tan
lejos, y cómo la peor de las pesadillas de un astronauta puede
convertirse en realidad.
Esta es una película de emociones en cada momento. Y no es una meramente
una película de ciencia-ficción; de hecho, no lo es. Es una película de
aventuras y de supervivencia. Es un drama personal. Es un thriller
constante. Es una metáfora de la condición humana y un epítome de su
propia esencia. Cuarón no necesita más de 90 minutos para contar una
película que empieza in media res,
que avanza a partir de un punto de partida que desencadena la acción, y
que por muy visto que pueda parecer todo lo que se nos presenta
(constantemente me venían a la mente imágenes de Apolo XIII,
lo cual no es un demérito, pues me ha permitido sentirme muy cómodo con
todo lo que estaba viendo, al resultarme tan familiar), sin embargo (o
mejor dicho, gracias a ello), fluye de una manera fácil y natural. No
hay necesidad de que los personajes parloteen sin necesidad. Hay
diálogos e incluso escenas cómicas, pero no hay redundancias. Ni
grandilocuencia: ¿cómo va a haberla si no hay nada más grandilocuente
que el espacio exterior? Sandra Bullock compone uno de los personajes
más creíbles y naturales que he visto en muchos años de cine. Alguien
que arrastra un trauma, como lo hacen muchos, y que en medio de la peor
de las catástrofes que pueda imaginar, se sobrepone. Estás con ella
constantemente a lo largo de la película; sientes sus miedos, te agarras
a la más mínima esperanza que pueda surgir pues te va la vida en ello.
Lo cierto es que por mucho que cuente en estas líneas, no hay nada como
acercarse a la gran pantalla y seguir al personaje de la doctora Stone
como si fueras tú mismo. No peco de exagerado ni pretendo crear falsas
expectativas: he vivido junto a la doctora Stone esta película. He
estado sufriendo con ella, desando gritar de rabia cuando las cosas no
salían, aferrándome a cualquier agarradero en el momento en que estás a
punto de salirte de órbita. Y lo he hecho en los 90 minutos de película,
en tensión permanente y deseando aterrizar de una vez por todas.
Cuarón ha escrito un guión sencillo y al mismo tiempo universal, en el que la vida y la muerte están pendientes de un hilo, y en el que la esperanza nunca ha sido una palabra tan necesaria. Todo es minimalista, natural, con ritmo, lógico y sin perder de vista al espectador. La simplicidad del mensaje se hermana con una grandeza visual que emociona sin necesidad de apabullar. Hay una enorme humildad detrás de los creadores de esta película y una enorme convicción en los actores que la han interpretado. Y, sobre todo, tanta y tanta belleza...
Cuarón ha escrito un guión sencillo y al mismo tiempo universal, en el que la vida y la muerte están pendientes de un hilo, y en el que la esperanza nunca ha sido una palabra tan necesaria. Todo es minimalista, natural, con ritmo, lógico y sin perder de vista al espectador. La simplicidad del mensaje se hermana con una grandeza visual que emociona sin necesidad de apabullar. Hay una enorme humildad detrás de los creadores de esta película y una enorme convicción en los actores que la han interpretado. Y, sobre todo, tanta y tanta belleza...
Gravity es un filme que ha impactado a más de uno, por la trama y por el uso de los efectos especiales, en ésta película, Cuarón demostró de lo que es capaz.
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