18 de marzo de 2012

Crítica de cine: Midnight in Paris, de Woody Allen

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Ayer tarde me acerqué a la Filmoteca de Catalunya a ver esta película que dejé pasar en su momento; ya de paso conocía la nueva sede del Raval (enorme, aunque les falta foguearse, el operador iba algo despistado) y me alegré de pagar 2€ por una entrada en un cine de pantalla grande. Y me llevé una gratísima sorpresa, disfrutando con una película que tiene un buenísimo guión, con buenos actores y que termina dejándote una sonrisa en el rostro cuando se encienden las luces. Allen consigue adentrarte en la película desde el prologo, con ese collage de imágenes de un París que, pensaba, a ratos me resultaba familiar, accesible; sí, para los trusitas, pero también captando la ciudad que no és sólo la Torre Eiffel, el Arco de Triunfo, los Campos Elíseos o Montmartre... y eso que no la he visitado. A ratos me parecía una ciudad que conocía, como si hubiera paseado por ella, por las avenidas y calles menos conocidas. Me sentí como en Barcelona cuando llueve y paseas por la parte menos "guiri" de la ciudad. Con ese buen feeling entré en la película.

Luego, la trama, que no es un alarde de originalidad, pero que Allen consigue hacer, no sé si la palabra es verosímil o creíble (es una trama fantástica, no lo olvidemos), pero sí cercana. Como, del mismo modo que los personajes del pasado no se sorprendían del atuendo o la actitud de Gil Pender (Owen Wilson), tú tampoco lo hicieras. Con eso y un sentido del humor que trascendía los diálogos, los comportamientos, las parodias o los tics habituales que convenimos en adjudicar a personajes como Dalí, Buñuel, Picasso, Hemngway o Gertrude Stein, entras de lleno en la historia. Y te dejas seducir, mágicamente. Porque la trama es tan deliciosa (tan previsible en algunos tramos pero qué más da), tan divertida, tan... fresca, que disfrutas la película de principio a fin. Porque además está bien cerrada.

Bravo por esta película y bravo por Woody Allen, que consigue maravillarte cuando menos te lo esperas.

PS: ah, hay que verla en versión original. Ineludible.

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