21 de mayo de 2018

Crítica de cine: Borg McEnroe, de Janus Metz

Crítica publicada previamente en el portal Fantasymundo.

Para los que peinamos canas y lo vimos por televisión, John McEnroe fue un tenista que ofrecía titulares y una cierta diversión cuando perdía los nervios ante la decisión de un juez de silla –cómo no recordar su famoso “You cannot be serious!”, que le espetó a un juez en un partido del torneo de Wimbledon–, pero su juego no era especialmente elegante (al margen de sus magistrales voleas). Hoy en día, acostumbrados al estilo de juego de Roger Federer, la fuerza de Rafa Nadal o (si vuelve por sus fueros) la técnica agresiva de Novak Đoković, lo máximo que tenemos en cuanto a “mala leche” en una pista de tenis lo relacionamos con el australiano Nick Kyrgios, muy lejos de un McEnroe que podía tener muy malos modos en partido –encarándose al público, tirando raquetas al suelo o protestando porque una pelota dio fuera–, pero al menos era todo un talento. “Big Mac” se retiró en 1992, tras una laureada y larga carrera: cuatro Open de Estados Unidos y tres “ensaladeras de plata” de Wimbledon, además de otros 70 títulos individuales. Más lejos nos queda el recuerdo de Björn Borg, el tenista sueco con quien mantuvo McEnroe una rivalidad deportiva a principios de los años 80 (y una amistad posterior), y que marcó una era entre 1973 y 1981: ganó 96 torneos, entre ellos cinco Wimbledon (entre 1976 y 1980) y seis Roland Garros (cuatro de ellos consecutivos entre 1978 y 1981; la cifra de seis triunfos en París sólo sería superada por Rafa Nadal en 2012, que no se quedó ahí y a fecha de hoy ha ganado diez “Copas de los Mosqueteros”). Borg, apodado “Iceman” –este sí lo era y no el piloto de Fórmula 1 Kimi Räikkönen, que como mucho de queda en “sangre de horchata”–, se retiró a los 26 años de edad como uno de los grandes tenistas de la historia del deporte, un hombre elegante y letal en el juego, alguien que no parecía inmutarse en la pista. Parece, sin embargo, que Borg no estaba muy alejado de McEnroe en cuanto a carácter, o al menos así se refleja en Borg McEnroe, película del danés Janus Metz, que, finalmente, llega a la cartelera española tras su paso por el Festival de San Sebastián de septiembre de 2017.

Canciones para el nuevo día (2476/1705): "Serenade"

Original Songs' Week (I):
The Steve Miller Band - Serenade



Disco: Book of Dreams (1977)



8 de mayo de 2018

Crítica de cine: Roman J. Israel, Esq., de Dan Gilroy

Crítica publicada previamente en el portal Fantasymundo.
 
En Nightcrawler (2014), Dan Gilroy ofreció una imagen nada esperanzadora de la mediatización de la sociedad a través de la crónica de sucesos en unos informativos locales, focalizando la atención en un “suministrador” de imágenes, Louis Bloom (Jake Gyllenhaal), un parásito social que se aprovecha de la desgracia ajena para medrar personalmente. Con su segunda película como director, Roman J. Israel. Esq., Gilroy nos presenta a un personaje del todo diferente, el Roman del título (interpretado por Denzel Washington), que constantemente añade el “Esquire” a su nombre –un término de origen británico, a medio camino entre el caballero y el ciudadano común, como especifica Roman en un momento determinado del filme, y que en Estados Unidos es equivalente a abogado–, un letrado que defiende el valor del activismo social pero está anclado vitalmente en el pasado, y que verá como su mundo cambia cuando su socio en el pequeño bufete legal en el que trabaja sufre un infarto y finalmente fallece.

Canciones para el nuevo día (2467/1696): "Let's Twist Again"

Chubby Checker - Let's Twist Again

Disco: Let's Twist Again - single (1961)