17 de noviembre de 2017

Crítica de cine: Una razón para vivir, de Andy Serkis

Crítica publicada previamente en el portal Fantasymundo

Quizá no haya nada tan elástico en el mundo del cine como la etiqueta “basado en hechos reales”; de hecho, es un género en sí mismo: dices “voy a ver una película basada en hechos reales” y mucha gente ya se hace una idea de qué vas a ver al cine. La televisión se nutre habitualmente de producciones “basadas en hechos reales” que suelen emitirse los fines de semana, muchas veces en horario de sobremesa. A veces, esa “historia basada en hechos reales” tiene el suficiente empaque, medios, actores de relieve y quizá algún director que hace tiempo se durmió en los laureles como para que se estrene en la gran pantalla y con todo lujo de detalles sobre lo emotiva, llena de coraje e impactante –lo que a veces suele ser un eufemismo de lacrimógena, sobreactuada y llena de tópicos– que es dicha producción. Cinismos al margen (no estoy diciendo de entrada que esta película acumule esos epítetos y calificaciones… ¿o quizá sí?), lo cierto es que un filme “basado en hechos reales” suele llamar la atención, pues nos traslada a historias de personas normales como tú y yo en situaciones vitales en las que muchos de nosotros no habríamos sabido qué hacer o cómo tirar para adelante. Sí, es fácil criticar este tipo de productos cinematográficos… pero quizá sea porque no nos ha tocado lidiar con esos problemas. O porque somos alérgicos al dramatismo. Vale, lo admito, he caído de nuevo en el cinismo…

Canciones para el nuevo día (2345/1574): "All Together Now"

The Farm - All Together Now



Disco: Spartacus (1991)



11 de noviembre de 2017

Crítica de cine: La librería, de Isabel Coixet

Crítica publicada previamente en el portal Fantasymundo.

Publicada en inglés en 1978 –la edición castellana, a cargo de Impedimenta, es de 2010–, La librería de Penelope Fitzgerald se convirtió pronto en un éxito de crítica (fue finalista del Premio Booker, galardón que ganó en 1979 por su novela Offshore [A la deriva, Mondadori, 2000]) y una novela que se ganó el cariño de muchos lectores en los años, décadas incluso, siguientes. Y eso que Fitzgerald (1916-2000) “tardó” en convertirse en escritora: su primer libro, una biografía del pintor prerrafaelita Edward Burne-Jones, se publicó en 1975, iniciando una obra en la que alternó un género tan británico como la biografía con las novelas, el ensayo y el cuento. Pero es que de casta le venía al galgo, se podría decir: su padre, Edmund Fox, fue editor de la revista Punch en los años treinta y cuarenta, y su tío, Ronald Knox, autor de novelas negras. Fitzgerald trabajó en la BBC durante la Segunda Guerra Mundial, se casó después y formó una familia, tarea que combinó con un empleo de media jornada en una librería, donde adquirió la experiencia que plasmaría en su novela de 1978. No sería hasta los años sesenta, ya crecidos los niños, que pudo regresar por completo al ámbito laboral, como profesora en una academia de arte dramático y, una vez retirada, como escritora a tiempo completo. Una vida plena, pues, que reflejó en algunas de sus novelas, como en La librería y que, tarde o temprano, alguien se atrevería a llevar a la gran pantalla. Y así ha sido, de la mano de la directora española Isabel Coixet, que también se ha encargado de la adaptación del libro al guion.