11 de agosto de 2012

Crítica de cine: Rock of Ages, de Adam Shankman

Está claro que cuando fuimos al cine a ver Mamma Mia! en el verano de 2008 no lo hicimos por el guión, y posiblemente tampoco por los actores (ver a Meryl Streep cantar y bailar podía tener su qué, pero a Pierce Brosnan...). No, los fans de Abba de toda la via fuimos, en plan manada nostálgica, a escuchar, cantar e incluso si se terciaba bailar sus canciones desde la butaca. Yo mismo la vi tres veces en el cine, una de ellas acompañado. El guión era lo de menos (se podría escribir en una servilleta de papel) y tópico. 
 
Tres cuartos de lo mismo se puede decir de otra película también basada en un musical de éxito en Broadway: Rock of Ages. En ambos casos el espectador va con perspectivas diferentes a los de otra película, y lo más probable es que si acude al cine (no pueden verse de otra manera al menos la primera vez) se lo pasará en grande. Uno asumía entonces que los actores que versionaban a Abba ponían más voluntad que talento (y aún así te impresionaban por empatía con la mayoría de las canciones interpretadas). En el caso que nos afecta, uno no se pone purista, va a escuchar buenas canciones, autenticos himnos del rock (y hay que decir que en este caso la interpetación de esos hits es espectacular). La puesta en escena no decepciona, en absoluto. Porque se trata de, como entonces, cantar (si uno se atreve) con grandes canciones ochenteras.

 La historia, manida y tópica: historia de búsqueda y realización de un sueño, triunfar en Los Ángeles en 1987, en el barrio de Sunset Strip, en un local como The Bourbon Room regentado por Dennis Dupree (un Alec Baldwin de aspecto decadente pero que da el pego). Sherrie (Julianne Hough) ha llegado desde Oklahoma buscando encontrar a los grupos y cantantes que han poblado sus fantasías de rock, y si acaso dedicarse a la música Drew (Diego Boneta) trabaja en el local de Dennis como camarero pero ansía cantar, siguiendo los pasos de la gran estrella del rock, Stacee Jaxx (Tom Cruise), mezcla de Axl Rose, Jon Bon Jovi, Jimmi Page y los líderes de las grandes bandas ochenteras, de Scorpions a Def Leppard. Un Stacee Jaxx pasado de rosca (con un mono como mascota), interpretado por un Tom Cruise que de tanto en tanto (recuérdense sus papeles como Frank T.J. Mackey de Magnolia o Les Grossman de Tropic Thunder) nos sorprende. Siete canciones interpreta en esta película (a destacar "Wanted Dead of Alive"), se marca unos cuantos numerazos antológicos y destaca, junto con la selección musical, como lo mejor de la película. Quizá la inclusión de "Don't stop believing", himno particular de una serie como Glee, y por tanto identificada con ella, sea mas que discutible; no se puede decir de las demás canciones, auténticos hits.

La película se hace pelín larga, hay secuencias que no sabes si tomarte a coña, el personaje de Catherine Zeta Jones está desaprovechada (su interpretación de "Hit Me With Your Best Shot" anticipa que quizá volvemos a ver a la Velma Kelly de Chicago pero sólo se queda en un mero aperitivo), "I Want to Know What Love Is" a cargo de Tom Cruise y Malin Akerman llena de sexualidad la pantalla, "Can't Fight This Feeling" con Russell Brand y Alec Baldwin te deja con la carcajada en la boca, "Any Way You Want It" casi te levanta de la butaca, quizá me sobran las baladas de los dos jovenzuelos y el final es un pelín forzado por no decir previsible. Pero. ¿no decía antes que lo de menos es el guión?

Como en Mamma Mia!, señores...

1 comentario:

Just Another Girl dijo...

Me encanta el trabajo de Adam Shankman, en especial en Rock of ages.