19 de noviembre de 2011

Crítica de cine: La red social, de David Fincher

[17-X-2010]

Este fin de semana ha habido dos estrenos a los que he ido al cine. Vamos con el primero, el pasado viernes tarde: La red social

Soy de los que opinan que Facebook no sirve para nada. Me hice una cuenta cuando empecé a recibir invitaciones y correos de amigos reales hará un par de años. La verdad es que nunca me impliqué en la red social. Y hará unos meses desactivé la cuenta e imagino que ya la deben de haber cancelado. Por ello, la película de David Fincher (Aliens, Se7en, The Game, El Club de la Lucha, Zodiac, El curioso caso de Benjamin Button) me interesaba relativamente. Pero, claro, David Fincher, un director que ha aportado al cine un modo diferente de ver la realidad, es otra cosa, y siempre tienen interés sus películas. Así que, tras cambiar Pa negre, mi otra opción cinematográfica de este fin de semana para el sábado (por petición de una amiga, que también estaba interesada en ir a verla), pues eso, que fui a verla. Y me sorprendió muy gratamente.

Mark Zuckerberg (n. 1984) es hoy un multimillonario que ha convertido Facebook en algo más que una red social. Llevar al cine el nacimiento de esta empresa era toda un caramelo goloso, pues el origen de Facebook está oculto tras denuncias millonarias entre varias personas además de Zuckerberg, y éste no dio su visto bueno (de hecho, no dio ninguno) cuando le pasaron el guión de la película para que añadiera lo que creyera oportuna o marcara lo que fuera falso. Aaron Sorkin ha escrito el guión adaptando la novela Multimillonarios por accidente de Ben Mezrich. Un guión que, como Rashomon de Akira Kurosawa, nos muestra una historia desde diversos puntos de vista.

La historia oficial nos relata que Zuckerberg, estudiante de Harvard y genio de la informática, creó Facebook en el otoño de 2003 a partir de las bases de datos de alumnos de la universidad, como plataforma social a la que todos los alumnos pudieran conectarse, subir fotos, poner gustos y fobias,... vamos, algo para ligar. De ahí, vino la expansión por otras universidades de la Costa Este, el salto a Stanford en California, el Sillicon Valley, la expansión a Europa, el primer millón de "amigos", el éxito imparable. Todo ello lo cuenta la película. Pero también cuenta la historia no oficial. Una historia que surge de un desengaño amoroso por parte de Zuckerberg (Jesse Eisenberger), que, furioso, crea una plataforma (Facemash) que vulnera algunas normas en Harvard y le pone en el disparadero. Desde entonces, Zuckerberger contacta con dos gemelos de familia rica y esplendorosos apellidos holandeses que le fichan para crear una red social en la universidad... pero a los que Zuckerberg da esquinazo, llevándose quizá algo. Zuckerberg crea thefacebook.com con ayuda de su compañero de habitación y mejor amigo, Eduardo Saverin (Andrew Garfield), que aporta el dinero para poner en marcha el asunto. Luego se une a ellos Sean Parker (Justin Timberlake), creador de Napster en 1999, y que considera que se le pude dar un punto expansivo al proyecto de Zuckerberg. Y de ahí al éxito... aunque, como dice el lema de la película, "no se hacen 500 millones de amigos sin hacer algunos enemigos". Y eso es lo que consigue Zuckerberg.

La historia se nos cuenta, tras un magnífico prólogo en el que se muestra a un Zuckerberg que ronda la gilipollez supina, mediante flashbacks a través de las dos demandas a las que se tuvo que enfrentar Zuckerberg cuando Facebook ya era un icono mundial. Demandas por parte de ex colaboradores (Saverin) o gente que se consideraba traicionada y robada (los gemelos Winklevoss) y que ajustan cuentas con Zuckerberg. Pero el ritmo es endiabladamente ágil, atrapa al lector en una historia apasionante, con ecos de tragedia griega y contada con viveza. Y ahí es donde se nota la mano de Fincher, quien no plantea una historia maniquea, con buenos y malos, sino una historia en la que nadie es lo que parece, en la que nos preguntamos quién diablos es realmente Mark Zuckenberg y qué hay detrás de él. Y es que encima lo irónico del asunto es que quien creó una red social parece ser un tipo de lo más inadaptado socialmente. "No creo que seas un gilipollas, Mark, pero te esfuerzas por parecerlo", le dice una abogada en un momento de la película. 

Espectacular puesta en escena de una historia muy vieja (la propiedad intelectual, la amistad traicionada, el trepa que hace lo que sea por llegar donde quiere estar, etc.) pero presentada con un estilo rompedor y nuevo, como ya es propio en David Fincher. Una apuesta cinematográfica que va más allá de lo que parece presentar (la historia de Facebook) y nos adentra en un relato de una enorme profundidad humana. 

Una película muy recomendable.

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